Lo que no sabes sobre tu dinero
Cuando un periodista escribe una historia, existe la máxima de dar respuesta a las siguientes preguntas: “el ¿Quién?, el ¿Qué?, el ¿Dónde?, el ¿Cuándo?, el ¿Cómo? y el ¿Por qué?”
Si se trata de la historia de nuestros propios ahorros, con toda seguridad podríamos responder el ¿Por qué?, el ¿Cómo? y el ¿Cuándo?. Fácilmente sabemos por qué ahorramos, cómo queremos ahorrar y esperamos saber también cuando ahorramos.
Pero, ¿sabemos quién gestiona nuestros ahorros?, ¿sabemos a dónde y en qué se invierten?
Es posible que creamos conocer parcialmente la respuesta a estas preguntas: conocemos el nombre del banco, el tipo de cuenta y, tal vez si invertimos, conoceremos el sector, la clase de activo y el perfil de riesgo del producto contratado.
Pero la verdad es que la mayoría de nosotros, a no ser que seamos extremadamente diligentes, no conocemos la historia del destino de nuestros ahorros.
No es porque no nos importe nuestro dinero, al contrario, en nuestra lista de prioridades, conocer su historia es prioritario, aunque no seamos conscientes de ello.
Nos preocupamos por cuidar nuestro efectivo, por no malgastarlo y por darle un buen uso. Lo hacemos controlando nuestro gasto, estableciendo presupuestos, buscando las mejores ofertas y reservando un poco cuando es posible.
Así que entendemos, y frecuentemente tenemos en cuenta, el ¿Por qué? y el Cómo?.
Pero el resto de preguntas, ya no tanto.
Las preguntas de ¿Quién? ¿Qué? y ¿Dónde? ahorramos o invertimos nuestro dinero, es decir: el tipo de producto financiero y el valor social o medioambiental que aporta, a primera vista parece que tiene una importancia menor en la historia.Es algo para personas que dispongan de mucho tiempo (o dinero).
Pero de hecho son tan importantes para esta historia, la historia de nuestras propias finanzas, como lo son para cualquier otra historia. Y también son importantes las preguntas ¿Por qué? y ¿Cómo?. Porque buscando las respuestas a estas preguntas, podríamos modificar el comportamiento de nuestra manera de ahorrar. De repente, la respuesta al por qué ahorramos o invertimos se convierte en algo mucho más amplio: no sólo se trata de “tener libertad financiera”, sino de “darle significado a mis ahorros destinándolos a inversiones que puedan mejorar nuestro entorno, que puedan ayudar a corregir la desigualdad social y en general, que puedan hacerme sentir mejor porque aporto mi granito de arena”.
¿Por qué no nos hemos estado haciendo antes estas preguntas? Tal vez porque su importancia nos ha sido ocultada en gran medida por bancos y asesores financieros, tratándolas de irrelevantes, para que nuestra atención se centrara únicamente en los intereses que íbamos a percibir.
Nos hemos acostumbrado a pensar que ya harán lo correcto con nuestro dinero, lo que para nosotros, hasta hace poco, significaba mantenerlo seguro y generar el retorno pactado. Pero no deberíamos continuar pensando así, porque al hacerlo, renunciamos al control de la herramienta más poderosa que tenemos: nuestro propio dinero. Si seguimos así, y sin preocuparnos de ello, seguimos autorizando de facto a los bancos y a los grandes fondos a invertir nuestro dinero en petróleo, en minería o en fracking, o en empresas que emplean trabajadores con ínfimos salarios, o en empresas que vierten sus residuos sin control en África.
Estas actividades, a menudo se nos describen de forma más benévola bajo el nombre de “energía, recursos, fabricación o mercados emergentes”, para que no nos quede mal sabor de boca cuando les confiamos la gestión de nuestros ahorros en dicho. Así que no se equivoque, su dinero se invierte finalmente en algún sitio, y ese destino podría estar en el lado contrario de nuestra batalla diaria para cuidarnos entre nosotros y para cuidar a nuestro planeta.
Afortunadamente, cada vez hay más evidencias de que la gente quiere tener las respuestas al «¿Qué?», al «¿Dónde?» y al «¿Quién?» de su dinero, una vez que son conscientes de la importancia de esas preguntas, tanto para sus propios rendimientos a largo plazo como para la historia más amplia del papel del dinero en la sociedad.
Pero hay pocos lugares donde encontrar las respuestas. La mayoría de las plataformas de inversión, bancos y fondos están preparados para contarle cómo gestionan el riesgo y generan rendimientos, pero no le explicarán las actividades de las empresas en las que se invierte su dinero, o si están ayudando o perjudicando al resto del mundo.
Los asesores financieros con menos visión dicen que es porque sus clientes no les preguntan por cuestiones éticas. Creemos que también puede ser porque estos mismos asesores tampoco les hablan a sus inversores de este tipo de cuestiones. Su trabajo se centra en evaluar el riesgo vs rendimiento de los activos, cosa que les resulta bastante sencilla y no se atreven a abrir la caja de los truenos de la evaluación del riesgo, del rendimiento y de la responsabilidad, que les daría mucho más trabajo.
En Ecrowd! nuestra prioridad es evaluar y explicar las actuaciones sostenibles y responsables asociadas a todos los proyectos de inversión que presentamos.
Y hoy, con más de 3.000 inversores registrados, demostramos que existe una gran demanda de transparencia y de responsabilidad en las inversiones. Nuestro próximo objetivo es hacer crecer aún más esa demanda de transparencia, y hacerla llegar y asimilar en todos los agentes del sector financiero.
Nos gustaría imaginar un mundo donde nadie se preguntara qué no sabe acerca de su dinero, porque ya todos los agentes implicados estarían haciendo lo correcto. Pero es algo que aún queda lejos. Hasta que eso pase, puedes sumarte a Ecrowd!, e invertir con la comunidad de inversores que te asegura conocer toda la historia de lo que se hace con vuestro dinero.
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